Aunque sumida la tierra en tinieblas durante el largo período de la supremacía papal, la luz de la verdad no pudo apagarse por completo. En todas las edades hubo testigos de Dios, hombres que conservaron su fe en Cristo como único mediador entre Dios y los hombres, que reconocían la Biblia como única regla de su vida y santificaban el verdadero día de reposo. Nunca sabrá la posteridad cuánto debe el mundo a esos hombres. Se les marcaba como a herejes, los móviles que los inspiraban eran impugnados, su carácter difamado y sus escritos prohibidos, adulterados o mutilados. Sin embargo, permanecieron firmes, y de siglo en siglo conservaron pura su fe, como herencia sagrada para las generaciones futuras.
Antes de comenzar necesitas saber que existen dos norte, el norte magnético y el norte verdadero. El norte verdadero es una dirección geográfica representada en los mapas topográficos con las líneas de longitud, es decir las líneas verticales. Cada línea longitudinal inicia y termina directamente en los polos norte y sur de la tierra. En cambio, el norte magnético es un punto cambiante en la región ártica de Canadá y es donde apunta la aguja de tu brújula. En otras palabras, si quisieras visitar a Santa Claus en el polo norte, debes seguir el norte verdadero y no el norte magnético.